DANIEL 10-11

Antíoco Epífanes y la Abominación Desoladora

El cumplimiento dual (o doble cumplimiento) de la profecía tiene un ejemplo maravilloso en este violento personaje que trastocó la historia del pueblo de Dios.


Como se puede ver, el capítulo 11 de Daniel es tan extenso que se debe usar un gráfico para entenderlo. Esta profecía es tan detallada que repasa los principales sucesos, incluyendo dos matrimonios entre las dinastías de los reyes del norte y los del sur. Finalmente hace un paralelo con los tiempos del fin. La profecía en este capítulo es tan detallada y precisa que los críticos liberales, que niegan la inspiración de Dios, no aceptan que fue escrita antes de que sucedieran los hechos y especulan que fue escrita después.

Nótese, sin embargo, que Daniel hasta entregó la fecha y el día de la profecía (Dn. 10:4). Estaba llevando a cabo un ayuno parcial, es decir, limitándose a sólo ingerir alimento magro y tomar agua (Dn. 10:2). Mientras estaba junto al río Tigris, en Babilonia, le apareció un ángel resplandeciente para revelarle la cuarta visión del futuro. Otra vez, tiene que ver con más detalles de las profecías anteriores. En esta ocasión, se le muestra lo que le ocurrirá al pueblo de Dios principalmente durante el Imperio Griego, y hará un paralelo, o mostrará la dualidad que tiene el último de los reyes griegos, Antíoco Epífanes, con los tiempos del fin. Se debe a que es un tipo del futuro personaje llamado la Bestia (Ap. 13), que cumple con la primera abominación desoladora (Mt.24:15), y Dios quiere que tengamos los detalles claros para poder identificar un personaje parecido en los tiempos del fin. Es uno de los dos “cuernos pequeños” que hemos estado estudiando. El segundo cuerno pequeño también aparecerá aquí. Los detalles del gráfico que está arriba se pueden confirmar en cualquier historia sobre el Imperio Griego.

Hay cuatro partes en esta profecía, y el gráfico arriba cubre la primera parte: desde los reyes persas hasta los griegos, terminando con Antíoco Epífanes. En este estudio cubriremos las primeras tres partes.

Primera parte: los Tolomeos y los Seléucidas

Se trata de los sucesores de los dos generales más importantes luego de la muerte de Alejandro Magno, con Tolomeo I, el más poderoso de ellos, y su ayudante, también general, Seleuco Nicátor, que lo traiciona y se apodera del reino del norte. Habría guerras constantes entre estas dos dinastías, y de esto se trata Daniel 11:5-20. El primer gráfico detalla todo esto.

Segunda parte: Antíoco Epífanes

Moneda con la cara de Antíoco Epífanes, en el anverso, Zeus


La segunda parte de la profecía tiene que ver principalmente con el último rey Antíoco IV, apodado Epífanes. Él se llamó “Epífanes”, que significaba “Ilustre”, pero era tan traicionero que detrás de sus espaldas lo apodaron “Epímanes” o “el loco”. Es tan extensa la historia de él, que cubre prácticamente la misma cantidad de versículos que todos sus predecesores. Se necesita un segundo gráfico para cubrir la mayoría de los hechos:

La historia profética de Antíoco IV

De aquí en adelante se puede resumir la última etapa de la vida de Antíoco Epífanes. Comienza en Daniel 11:31: “Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora”. Sobre la abominación desoladora, comenta El Comentario de Conocimiento Bíblico:

“Antíoco envió a su general Apolonio con 22,000 soldados a Jerusalén en lo que parecía ser una misión de paz. Pero, aprovechándose del día sábado, atacaron a muchas personas, esclavizaron a mujeres y niños, saquearon e incendiaron la ciudad. Intentaron eliminar por completo al judaísmo y helenizarlos. Les prohibió practicar su religión (incluyendo guardar el sábado, las Fiestas Santas, y la circuncisión). También ordenó que se quemaran todas las copias de las Sagradas Escrituras. Luego estableció la abominación desoladora, al colocar un altar a Zeus en el altar santo y sacrificó un cerdo en el altar. Debían hacer lo mismo cada día 25 en honor a su día de nacimiento”. Añade otra fuente: “Las autoridades consagraron el templo a Júpiter Olímpico. Se entronizó en él una estatua del dios (esculpida con rasgos similares a los de Antíoco) y se procedió al sacrificio de cerdos en el altar. ‘El templo se vio lleno de lujuria y de orgías de los gentiles, que banqueteaban allí con las prostitutas y se unían con las mujeres en los pórticos” (Como Vivieron los Grandes Personajes de la Biblia, p. 288). 

Halley también agrega: “Antíoco atacó Jerusalén, mató a 80,000 judíos, tomó 40,000 y vendió como esclavos a otros 40,000. Nuevamente invadió Egipto, pero la flota romana [las naves de Quitim de Daniel 11:30] le obligó a retirarse. Descargó su enojo sobre Jerusalén y en su ira profanó el Templo. Fue ayudado por judíos apóstatas” (p. 315).

Continúa la Biblia: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto” (Dn. 11:32). Estos son los judíos apóstatas que conspiraron con él para terminar con el camino de Dios. Dice el libro histórico judío, I Macabeos: “El que no obrara conforme a la orden del rey, moriría. En el mismo tono escribió a todo su reino. Los inspectores, nombrados por el rey para todo el pueblo, ordenaron a las ciudades de Judá que en cada una de ellas se ofrecieran sacrificios [a los dioses griegos]. Muchos del pueblo, todos los que abandonaban la Ley, se unieron a ellos. Causaron males al país y obligaron a Israel a ocultarse en toda suerte de refugios… levantaron sobre el altar la Abominación de la desolación… Rompían y echaban al fuego los libros de la Ley que podían hallar. Al que encontraban con un ejemplar de las [Escrituras] en su poder, o bien descubrían que observaba los preceptos de la Ley, le condenaban a muerte en virtud al decreto real… Murieron también muchos israelitas que con entereza y valor se negaron a comer cosa impura, prefiriendo la muerte” (cap. 1:50-63).

Hubo una resistencia valiente por muchos judíos, encabezados por los hermanos Macabeos que logran repeler a los griegos. Por fin, tal como estaba profetizado en Daniel 8, luego de 1150 días, el Templo es purificado y re-dedicado por Judas Macabeo.

Mientras tanto, Antíoco Epífanes recibe su merecido. Al viajar a una zona cerca de Babilonia para castigar a los aldeanos por no pagar los tributos, sufre una gran derrota. Dice una fuente:

“Mientras tanto, en el este las cosas iban mal para Antíoco. Al enterarse de que Jerusalén y su templo estaban en poder de los judíos y de que éstos habían pasado a la ofensiva en toda Palestina, cayó enfermo. En el verano de 164 a.C., contrajo una repugnante enfermedad física que afectó su mente [enloqueció] y de la que moriría poco después” (Como Vivieron los Grandes Personajes, p. 292).

Tal como la Bestia, 
el personaje de  quien es su precursor (Ap. 16:17), se nota que estaba guiado sobrenaturalmente por un príncipe demoniaco. Por fin, murió enloquecido. Por eso la Biblia lo llama un hombre despreciable.

Tercera parte: Antíoco Epífanes y el Fin

La tercera parte de esta profecía va desde la muerte de Antíoco Epífanes hasta justo antes de los tiempos del fin. Luego la cuarta trata específicamente de los tiempos del fin y el establecimiento del reino de Dios. Sólo cubriremos la tercera parte en este breve estudio.

“Antíoco… eliminó el continuo sacrificio, prohibió el ministerio en el templo, pervirtió con lisonjas a los judíos que estaban dispuestos a abandonar su religión. Pero precisamente en este punto la profecía interrumpe el relato de acontecimientos cronológicos en la historia de aquellos reinos del norte y del sur. Hasta aquí, la profecía se desarrolló paso a paso indicando la historia real del reino norteño de los Seléucidas o Siria y el reino sureño de Egipto. Según lo expresa la obra Exposition of the Bible (Exposición de la Biblia): “Todos los detalles precisos parecen detenerse súbitamente” con este versículo. Ahora analicemos el versículo 32 en detalle, especialmente la última parte: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto”. Esto lo hizo, efectivamente, Antíoco Epífanes. Pero veamos la última parte del versículo: “mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”. Esta última es una descripción de las acciones tomadas por los judíos liderados por los Macabeos en contra de Antíoco Epífanes, comenzando en el año 166 a.C.

Daniel 11:33-34: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. Y en su caída serán ayudados de pequeño socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas”. Antíoco Epífanes invadió Jerusalén, mató a 40.000 judíos y vendió a otro tanto co o esclavos, coció carne de cerdo y arrojó su caldo dentro del Templo y sobre el altar (otras fuentes dicen que ofreció un cerdo sobre el altar); entró en el Lugar Santísimoy se llevó los vasos de oro y otros tesoros sagrados. Finalmente prohibió el culto a Jehová y consagró el tempo judío a la adoración de Júpiter. Esto hizo del Templo un lugar desolado e incendió la revuelta de los Macabeos en su contra, la que duró más de tres años, hasta que Antíoco murió en Persia.

Daniel 11:35: “También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado [hasta el tiempo del fin, Versión Moderna]; porque aun para esto hay plazo”. Este versículo enfatiza el hecho de que el principal propósito de la visión es mostrar lo que le sucedrá a los sabios (entendidos en la Palabra de Dios) en los últimos días. Este versículo introduce la descripción de guerras que sucederán entre Siria y Egipto, y presenta al último rey del norte: el Anticristo y sus conquistas de las principales naciones del Medio Oriente y su relación con Israel. Compárese con pasajes tales como Apocalipsis 12:6, Apocalipsis 12:11, Apocalipsis 12:13-17. Nótese también que la visión es para el tiempo del fin.

El Carácter del Último Rey del Norte

Daniel 11:36: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de dioses hablará maravillas, y prosperará hasta que sea consumada la ira”. Nótese la similitud de este pasaje como Daniel 7:25, 8:25, 9:27,11:45; 2 Tesalonicenses 2:3-4,8-10; Apocalipsis 13:5-7, 11-15. Todos estos pasajes hablan de quien hoy se conoce popularmente como el Anticristo, lo que prueba que el contenido de la visión que comienza en Daniel 11:36 es profético en esencia.

Daniel 11:37-39: “Del dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio. Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra”. Cinco veces, en tres versículos, se menciona la palabra dios, para destacar el aspecto religioso, idolátra y a la vez apóstata del Anticristo (del dios de sus padres no hará caso) vinculando nuevamente este pasaje de Daniel con 2 Tesalonicenses 2:3-4, donde el apóstol nos habla “del hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”. En vez de adorar al dios de sus padres, el Anticristo, con un dios ajeno (la bestia que sube del abismo de Apocalipsis 11:7), desarrollará la potencia guerrera más formidable hasta entonces conocida por el mundo. Compárese esta profecía de Daniel con Apocalipsis 17:4-5; Apocalipsis 18:3, Apocalipsis 18:16, para ver el ingrediente religioso, idólatra y a la vez apóstata del Anticristo.

Así vemos como en la profecía de Daniel 11 convergen estos dos personajes de los tiempos del fin: uno llamado Antíco Epífanes; y el otro llamado la Bestia, o también, el Anticristo. 

Los siguientes versículos describen lo que sucederá en la cuarta parte de la profecía, y tiene que ver con más detalle con los tiempos del fin. Esto lo dejaremos para el siguiente estudio.

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Daniel 10-11



Este breve comentario de Daniel es para proporcionar los antecedentes necesarios para entender mejor el Comentario del Apocalipsis, contenido en este mismo blog.



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