DANIEL 11-12

Hemos llegado a la última parte de las cinco profecías reveladas a Daniel. En forma sistemática, Dios le ha entregado muchos detalles a su querido profeta para que le sirvan al pueblo de Dios en los tiempos del fin.

En el estudio anterior repasamos la historia de los reyes del sur y del norte que culminan con ese rey del norte, Antíoco Epífanes. Él lleva a cabo la primera abominación desoladora y es el precursor de la “bestia” o Anticristo que hará algo muy parecido, pero peor, y en los tiempos del fin—nuestros tiempos.

Esta última parte de la profecía comienza en Daniel 11:40 y termina en Daniel 12:4. Es muy lamentable que en nuestras Biblias no continuaron con la profecía hasta Daniel 12:5. Muchos quedan despistados al pensar que la profecía termina en Daniel 11:40. Leámosla como corresponde:

“Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra gloriosa, muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán. Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude. En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará” (Dn. 11:40-12:4).

Al seguir hasta el final de la profecía, vemos que el rey del norte y del sur claramente desempeñan sus papeles en los tres años y medio de los tiempos del final de nuestra era. Esto corresponde a la última mitad de la semana setenta en Daniel 9.

¿Quiénes son el rey del sur y el del norte? Pues los líderes o gobernantes de Egipto (sur) y Siria (norte).

“Versículo 41: “Entrará a la tierra gloriosa”, o sea la Tierra Santa. Esto está por cumplirse, con toda probabilidad dentro de muy pocos años. Cuando el venidero Imperio Musulmán restaurado tome posesión de la Tierra Santa por medio de una liga o alianza de naciones musulmanas, entonces las naciones se verán lanzadas a la fase inicial de la gran y última guerra mundial. Otras profecías revelan que este revivido Imperio Musulmán intentará conquistar el mundo entero, el cual es el sueño más acariciado del islamismo desde los tiempos de Mahoma.

“El versículo 41 prosigue: ‘...y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón’. El futuro dictador unirá a muchos con él, 10 naciones en total (Ap. 17:12), reviviendo así el antiguo Imperio Musulmán.

“En el versículo 42 se nos dice que Egipto no escapará... vs. 43 dice que los de Libia y Etiopía… le seguirán… Versículo 44: Pero noticias del este y del norte inquietarán al rey de norte. Versículo 45: Este rey establecerá su palacio, como capital del Imperio Musulmán revivido, y ulteriormente su sede religiosa, en Jerusalén. Daniel 11:45 dice que la ciudad será tomada. ‘Más llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude’. Estas palabras significan el final de la “bestia” a manos de Dios. Este final se describe en Apocalipsis 19:19-20 y Zacarías 14:2. “Ahora bien, ¿cuál es el tiempo en que llegará a su fin este Imperio Musulmán? ¿Cuándo terminará esta maravillosa profecía? El siguiente versículo, Daniel 12:1, dice que será el tiempo de la resurrección de los justos, ¡a la Segunda Venida de Jesucristo!”

Ahora analicemos más de cerca esta profecía. ¿Qué área cubrirá el rey del norte en el tiempo del fin? Se menciona que será la región de Egipto, Libia y Etiopía. Dice El Comentario del Conocimiento Bíblico: “En esta invasión [del rey del norte] Egipto estará aliada con los libios y los etíopes. En otras partes de la Biblia se refiere a Libia y Etiopía como Fut, o las naciones árabes en la zona del Sinaí, y Cus como las naciones del Golfo Pérsico (véase Génesis 2:13 sobre Cus)”. 

Si es así, la región del rey del norte cubriría básicamente todas las naciones árabes del área, incluyendo las prósperas naciones petroleras del Golfo Pérsico. Hay tres cosas que unen a estas naciones: la raza árabe, la religión islámica, y el dinero del petróleo. En su religión—el Islam—ellos creen en la profecía que un día vendrá el “mahdi”, o Mesías árabe para darles dominio del mundo. También tienen un gran odio a su rival, el Occidente, por su prosperidad, su religión enemiga y su superioridad militar.

Ahora veamos la profecía sobre el “rey del norte”. En los tiempos del fin, corresponde al que heredó la región del norte de los griegos, o sea, Siria. En ese entonces, se juntarán los 10 gobernantes del Medio Oriente y “entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá” (Ap. 19:13-14). Es probable que cuando dice que el rey del sur “contenderá” con él, será sobre lo económico (petróleo) y lo político (dominio del área), puesto que tienen en común lo religioso (el islam contra el cristianismo tradicional y el judaísmo en Israel). Parece que todos los días informan de cuantas tensiones hay sobre estos aspectos en esa zona del Medio Oriente.

Al ver el rey del norte, o “la bestia”, que su fuente vital de petróleo, o “todas las cosas preciosas” (vs. 43) está amenazada, invadirá el Medio Oriente. “Y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad. Entrará a la tierra gloriosa [Israel]... y no escapara el país de Egipto… y los de Libia y de Etiopía le seguirán” (vs. 40-43). Nótese que la zona de Jordán (Edom, Moab y Amón) no será tomada, y puede ser porque el lugar de refugio estará allí. Nótese, también, la mención de Egipto, Libia y Etiopía, que pueden ser las tres naciones con sus respectivos cuernos que el Anticristo somete (Dn. 7:8, 20, 24). El Medio Oriente ahora estará a cargo de “la bestia”, y su sueño de dominio mundial (como lo tuvo Hitler) ahora está más cerca. Recuérdese que Hitler invadió también Libia y Egipto, pero fue detenido antes de entrar en “la tierra gloriosa”. La próxima vez, según vemos, el rey del norte tendrá éxito.

“Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán” (vs. 44). Estas noticias pueden deberse a la destrucción sobrenatural de la ciudad de Babilonia, que como Apocalipsis 18 y otras profecías antiguotestamentarias lo testifican, será una ciudad emblemática que el Anticristo mandará a reconstruir (véase nuestro Comentario del Apocalipsis para más detalles). Comienza su avance hacia el corazón del  Medio Oriente: “...y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (vs. 44). Es el primer “ay”, o la primera etapa de la Tercera Guerra Mundial, descrita en Apocalipsis 9:1-12. Pero no logra eliminar por completo esta amenaza, y los reyes del oriente contra-atacan. Es el segundo ay de Apocalipsis 9:14-16: Dijo el ángel: “Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates… Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones”. El tercer ay ocurre cuando estos dos inmensos ejércitos, el de la bestia y el de los reyes del oriente se reúnen en el valle de Armagedón en una aparente tregua: “...van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios todopoderoso… y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón” (Ap. 16:14-16).

Es en ese momento que el Señor Jesucristo aparece montado sobre un caballo blanco, descendiendo sobre estos ejércitos. Son destruidos, y la bestia y el falso profeta son apresados y lanzados en el lago de fuego (Ap. 19:20).

El pueblo de Dios es protegido por el arcángel Miguel durante este tiempo. “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de... tu pueblo… todos los que se hallen escritos en el libro” (Dn. 12:1). Este libromencionado en Lucas 10:20; Filipenses 4:3 y Apocalipsis 3:5; Apocalipsis 20:12; Apocalipsis 21:27—es el libro de la vida eterna. Con respecto a este libro, nótese que el nombre de alguien que estaba registrado en él puede ser borrado (Ap. 3:5).

Los que están inscritos en este libro serán resucitados. “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Dn. 12:2). Nótese que no dice “todos los que duermen”, pues se trata de la primera resurrección. Menciona El Comentario Exegético: “muchos de los que duermen… éstos para vida eterna; pero aquéllos (los restantes que no despiertan en ese tiempo) serán para vergüenza. No se trata aquí de la resurrección general, sino aquélla de los que tienen parte en la primera resurrección; pues los restantes muertos no se levantarán sino al final de los mil años (Ap. 20:3-6; 1 Co. 15:23; 1 Ts. 4:16)” (p. 853).

Continúa Daniel describiendo la primera resurrección: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dn. 12:3). Primero debemos “entender” bien las verdades antes de “enseñarlas”. Cristo describió así a los santos: “Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mt. 13:43). Ellos tendrán cargos sobre las naciones (Ap. 2:26) y enseñarán las leyes de Dios o la justicia (Sal. 119:172) a las multitudes (Is. 30:21). Todo esto se cumplirá muchos años después de Daniel, y le dice el ángel: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará” (Dn. 12:4). Dos características del tiempo del fin serán el transporte mundial y masivo que habrá y el aumento del conocimiento. Esto no sólo es en el plano físico, sino también en el espiritual. En el tiempo del fin, Dios revelará a sus siervos el entendimiento de sus verdades y profecías para poder difundirlas al mundo por los medios masivos de la comunicación (Mt. 24:14).

Pero la profecía continúa: “Y dijo uno al varón vestido de lino... ¿Cuándo será el fin de estas maravillas?... y juró por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo [la Gran Tribulación], todas estas cosas serán cumplidas” (Dn. 12:6-7). De nuevo la indicación es que durará 3 años y medio.

Ahora añade: “Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios... los impíos procederán impíamente [empeorarán], y ninguno de los impíos entenderá [que es el tiempo del fin], pero los entendidos comprenderán” (Dn. 12:9-10). La Biblia de Jerusalén sigue: “Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo [no “hasta”, como dice la Reina Valera] e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días. Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días. Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al fin de los días” (Dn. 12:11-13). Según entendemos, los tres períodos de tiempo se relacionan con la cronología del Apocalipsis tal y como se describe en el siguiente esquema:


Conclusión

Una de las conclusiones más evidentes que se desprende de un estudio histórico-gramatical de las profecías referentes al fin de los tiempos de Daniel—junto con el estudio del libro de Apocalipsis es que el Anticristo será un musulmán que luego apostatará de su fe. En nuestro comentario de Daniel 11:37-39, dijimos: 

Del dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio. Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra. Cinco veces, en tres versículos, se menciona la palabra dios, para destacar el aspecto religioso, idolátra y a la vez apóstata del Anticristo (del dios de sus padres no hará caso) vinculando nuevamente este pasaje de Daniel con 2 Tesalonicenses 2:3-4, donde el apóstol nos habla ‘del hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios’. En vez de adorar al dios de sus padres, el Anticristo, con un dios ajeno (la bestia que sube del abismo de Apocalipsis 11:7), desarrollará la potencia guerrera más formidable hasta entonces conocida por el mundo. Compárese esta profecía de Daniel con Apocalipsis 17:4-5; Apocalipsis 18:3, Apocalipsis 18:16, para ver el ingrediente religioso, idólatra y a la vez apóstata del Anticristo”. 

Sabemos que demostrar el islamismo del Anticristo requiere más elaboración. Es por esto que hemos preparado un estudio bíblico-histórico titulado: El Medio Oriente en Perspectiva donde intentamos demostrar que la Biblia tiene mucho que decir acerca del papel que jugará el Islam en los últimos tiempos. El lector interesado puede leer este estudio. Mientras tanto, como introducción, es invitado a leer un resúmen histórico del Islam.
 
Breve Vistazo Histórico a la Expansión de los Musulmanes (Fuente: definicion.xyz/expansion-de-los-musulmanes/).

La expansión musulmana o también llamada expansión del islam empezó en la península arábiga al suroeste de Asia y Oceanía. Se le denomina expansión musulmana por las reformas de comercio de la civilización árabe musulmana en las que caerían el Imperio sasánida o por las conquistas militares, el norte de África, y la Península Ibérica, abarcando regiones del Imperio bizantino. Además, entra en esta denominación el influjo de los comerciantes en África y en Magreb y las misiones realizadas en Filipinas.

Ésta época se inició desde el año 625, en el momento en que Mahoma constituyó en China una comunidad de soldados, con el objetivo de unificar toda la península arábiga. El islam se expandió con rapidez, fuera de la península arábiga y este hecho fue aprovechado en mayor manera por la debilidad del Imperio bizantino, luego de la muerte de Mahoma en el año 642.

La mayor expansión del territorio islámico sucedió a mediados del siglo VII, según Hans Heinrich Schaeder, después de 28 años de la muerte de Mahoma, pero ese imperio tuvo fin en el año 1236, por Fernando III luego de la muerte de Abd al-Mumin en 1163, año en que empezó el declive del poder de la dinastía Almohade, en tierras africanas sobre todo en los territorios de Tremecén, Fez y Túnez, esta vez la caída del Imperio islámico fue decisiva, generando la desaparición completa de los guerreros musulmanes del islam.

Mahoma

Como sucede con todos los grandes fundadores de religiones, la figura de Muhammad ibn Abd Allah (Mahoma) se disuelve entre la leyenda, la tradición y la propia historia. La principal fuente para el conocimiento de su vida es el Corán, pero las versiones conservadas fueron escritas luego de la muerte de Mahoma y tienen lagunas, desórdenes y errores en el enunciado.

Junto al Corán, una segunda fuente está constituida por el hadit o tradición, que designa atribuidos al profeta. Sus estudiosos demostraron que muchas de estas tradiciones fueron forjadas en los dos primeros siglos de controversia musulmana, por lo que responden a intereses y argumentos políticos y religiosos de este momento.

En estas circunstancias parece claro que la única fecha bien establecida de la biografía de Mahoma es la del 16 de julio del año 622, tiempo de la Hégira, la emigración de Medina y comienzo del calendario musulmán.

Según la tradición, Mahoma, nacido en el clan de los hachemíes, tenía 40 años cuando empezó a predicar. Las primeras mediaciones alcanzaron atraer a ciertos de los futuros personajes decisivos del islam: Jadiya, su mujer; Zayd, su hijo; Abù Baqr, futuro primer califa, amigo personal del profeta y Alì, primo y yerno de Mahoma, cuyas pretensiones al califato provocarían la primera gran escisión en el islam.

Las primeras predicciones de Mahoma provocaran la oposición de la elite gobernante de la Meca al atacar el sistema sobre el que ésta basada su prosperidad. Tras el pacto de Aqaba y él envio de algunos adeptos, el 16 de julio del año 622, Mahoma abandonó la Meca, y el 24 de septiembre llegó a la colonia de Quba, al borde del oasis de Yatrib, que tomó el nombre de Madinat an-Nabi (Medina).

El pacto de Aqaba (621), primer encuentro oficial entre los medineses y Mahoma, fue firmado por dos de los clanes de la ciudad, aws y jazrayìes, que se formaron en el núcleo de protectores de los expatriados. El resto de los clanes aceptó a Mahoma como un árbitro destinado a terminar con los enfrentamientos. Por el contrario, el núcleo de la oposición medinesa al profeta procedía de los tres clanes judíos, dependientes de los árabes, pero que habían dominado Medina en sus etapas iniciales.

“Vi una de sus cabezas [el Imperio Musulmán] como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada [revivió]; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. Si alguno tiene oído, oiga” (Ap. 13:3-9).







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