DANIEL 3-4
El Horno De Fuego Después de que Daniel le revelara el significado de la gran imagen a Nabucodonosor, el rey se sintió muy halagado al ser considerado por Dios como la cabeza de oro, es decir, el gobernante de mayor valor de los emperadores que vendrían tras él. Como es de esperar, a Nabucodonosor no le importó mucho lo que sucedería después de su muerte. A él le interesaba sólo la gloria de su reino en ese momento. Veremos que la tendencia a jactarse de sus logros le traerá a Nabucodonosor una experiencia divina inolvidable. El rey decide hacerse una gran imagen de oro a su gloria. “El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey… a que se reuniesen los sátrapas [funcionarios bajo su cargo], los magistrados [administradores de la ley] y capitanes [del ejército]... para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey... había levantado” (Dn. 3:1-2). Daniel no estaba present