Prólogo

El objetivo de este comentario es llenar algunos vacíos en nuestra comprensión del fascinante libro del Apocalipsis y mostrar cómo tanto las escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, y el mismo Apocalipsis, proveen muchas de las claves para su comprensión. Se puede ganar mucha comprensión estudiando solamente las referencias cruzadas dentro del Apocalipsis y en particular los contrastes dentro de él. Está enraizado particularmente en el simbolismo del Antiguo Testamento pero un estudio detallado revela una perspectiva neo-testamentaria en una cantidad de aspectos sorprendentes. También contiene una unidad suprema propia, pero su unidad con el resto de la palabra de Dios lo convierten en una mina de oro. El mejor comentario del Apocalipsis son las Escrituras mismas y, por lo tanto, presentamos el nuestro con cautela.

El Apocalipsis es un libro frecuentemente dejado de lado, en parte porque su simbolismo lo hace oscuro. Por lo tanto, no puede ser leído ligeramente, pero con diligencia entregará sus tesoros a aquellos que los buscan. Otra razón por la cual no se predica lo suficiente sobre él es la advertencia en Apocalipsis 22:18-19 acerca de agregar o quitar algo de las palabras de la profecía. Sin embargo, las bendiciones de Apocalipsis 1:3 y 22:7 también significan que debe ser leído, escuchado y entendido.

¿Por qué Deberíamos Estudiar el Apocalipsis?

  • Dice tener el nivel más alto de autoridad divina que cualquier libro de la Biblia (Ap. 1:1).
  • Tiene una bendición para aquellos que escuchan y guardan su mensaje (Ap. 1:3, 22:7).
  • A pesar de ser una profecía que tendrá su cumplimiento definitivo en el futuro, tiene un mensaje para los creyentes a través de los siglos y ha bendecido y fortalecido a los santos a través de las generaciones pasadas.
  • Tiene un mensaje que es relevante para nosotros hoy.
  • Es la última palabra de Dios a los creyentes en las Escrituras, tanto en ubicación como en el tiempo.
  • Tiene un mensaje específico para aquellos que están sufriendo y sufrirán persecución.
  • Muestra el final de la historia, la derrota de los enemigos de Dios y la bendición celestial para los santos de Dios.
  • Nos muestra al Cristo glorificado como ningún otro libro en la Biblia.
El Apocalipsis fue escrito para mostrarles a los siervos de Dios lo que sucedería en el futuro. Es una profecía referida al futuro cercano (Ap. 1:1, 1:3, 1:19, 4:1, 22:6, 22:10) y también al futuro lejano, porque nos muestra el final de los enemigos de Dios al término del Milenio. 


Las palabras de la profecía están destinadas originalmente a ser leídas en voz alta. Uno debería suponer que cualquiera con la madurez de la vida cristiana y un buen conocimiento tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, como un anciano de una congregación local, podría entender el libro. Hay una bendición para la persona que lo lee en voz alta a la asamblea, así como para aquellos que escuchan y guardan lo que está escrito en él porque el tiempo para que aquellas cosas escritas en él se cumplan está cerca. El libro muestra la tribulación para los santos en la forma de persecución; y en forma de juicio para el mundo: guerras, hambres, ataques demoníacos, engaños, desastres y plagas de Dios advirtiendo a la humanidad que se arrepienta.

A pesar de que el Apocalipsis trata específicamente de los eventos escatológicos del fin del siglo, sin duda que el libro debió dar gran aliento y fortaleza espiritual a los creyentes que sufrieron la persecución bajo el Imperio Romano que duró hasta Constantino en 314 d.C., así como a los creyentes de todos los siglos que sufrieron persecución.

Este es el último libro en la Biblia y por lo tanto es la última palabra del Señor Jesús a Su pueblo, advirtiéndonos que seamos fieles hasta el fin, cuando Él volverá en gloria y majestad para establecer Su reino milenial y, luego, el reinado eterno del Padre. Este libro tiene la intención de fortalecer la fe de los creyentes hasta que el Señor Jesucristo vuelva.

El Apocalipsis dice ser una revelación (Ap. 1:1), una profecía (Ap. 1:3), una epístola (Ap. 1:4, 11; 22:21) y una visión (Ap. 9:17). Está escrito en parte en el estilo de la literatura judía apocalíptica de ese tiempo (200 a.C. hasta 100 d.C.). Otros ejemplos de este estilo de escritura en la Biblia incluyen partes de Daniel y Zacarías. Que el Apocalipsis cae dentro del género apocalíptico es una de las claves de su interpretación. Un papel importante de las revelaciones apocalípticas era explicar por qué los justos sufren y por qué el reino de Dios se demora. Esto podemos verlo claramente en el Apocalipsis, que es de ayuda en ambos puntos. Las revelaciones apocalípticas suelen ser reveladas por un ser celestial, como ser un ángel. Éste es el caso del Apocalipsis. Sin embargo, declara explícitamente que Dios es el autor, y está mediado por el Señor Jesucristo y Su ángel. El mensaje del Apocalipsis es expresado usando un lenguaje vívido y describe las luchas entre los agentes del bien y los agentes del mal en los tiempos del fin del mundo. Describe la paradoja de los creyentes que son capaces de vencer al Maligno sólo por medio de dejarse vencer por él, y esto en el nombre de Cristo. Finalmente Dios intervendrá en forma cataclísmica para destruir a los agentes y a los poderes del mal. Esto está asociado con la venida del Mesías y la inauguración de Su reino.

El estilo del Apocalipsis es apropiado. Lo vívido de sus imágenes tiene en mente la debilidad de aquellos que sufrían la persecución en el momento en que fue escrito (Juan mismo) o la sufrirían muy pronto (las siete iglesias, etc.). Aquellos bajo persecución pueden no ser capaces de recordar fácilmente la teología de las epístolas de Pablo, pero las imágenes del Apocalipsis pueden ser recordadas fácilmente.

Sin embargo, el objetivo final del Apocalipsis es ayudar a preparar al pueblo de Dios para la segunda venida del Señor Jesucristo y el tiempo difícil que la precederá.

Aunque el libro es de un estilo rico en imágenes, no debe ser interpretado simbólicamente. Tomar un enfoque literal resuelve muchas dificultades, como claramente lo exponemos en este comentario.

Como profecía, el Apocalipsis es una predicción del futuro tanto como una palabra de parte de Dios. Como epístola, Juan enfatiza el arrepentimiento y la santidad de parte de los santos. Alienta a los santos a que soporten la persecución y a que no cedan ante las presiones del mundo, y al hacerlo muestra las recompensas de aquellos que vencen y obedecen las palabras del libro, y el castigo de los cobardes.

Le debemos al libro de Apocalipsis un caleidoscopio de descripciones y visiones del Señor Jesús en Su gloria celestial. Por ejemplo, la visión de alguien “semejante al Hijo del Hombre” (Ap. 1:13-16), el Cordero como si hubiera sido inmolado (Ap. 5:6), el Cordero como el pastor que conduce a su pueblo a fuentes de aguas de vida (Ap. 7:17), el Cordero de pie sobre el monte de Sión con los 144.000 (Ap. 14:1), el jinete sobre el caballo blanco como Rey de Reyes y Señor de Señores (Ap. 19:11) y el Cordero como lumbrera de la Nueva Jerusalén. También le debemos al Apocalipsis una gran cantidad de nombres del Señor: el Testigo Fiel, el Primogénito de los muertos, el Soberano de los reyes de la tierra, el Primero y el Último, el que vive, el Amén, el Soberano de la creación de Dios, el Cordero, el Fiel y Verdadero, la Palabra de Dios, Rey de reyes y Señor de señores, el Alfa y el Omega, la Raíz y Simiente de David, la Estrella Brillante de la Mañana. Nos da también muchos ejemplos de himnos de alabanza y adoración que han inspirado a compositores de himnos a través de los siglos.

Este es un comentario versículo por versículo. Pre-milenial, post-tribulacional y pre-ira en perspectiva. Es un estudio serio y conservador, adecuado para estudiantes de la Biblia, maestros y pastores. Supone que cualquier lectura del texto debe efectuarse con ayuda del resto de la Biblia.

El Apocalipsis es un libro cerrado para muchos, pero a aquellos que lo estudian en forma diligente les concede lentamente sus tesoros, y la alegría de estos descubrimientos recompensa ampliamente el esfuerzo realizado. Recomendamos el último libro de la Biblia a aquellos que están dispuestos a hacer tal esfuerzo.

Todas las citas son de la versión Reina-Valera 1960, a menos que se indique lo contrario.




























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